Después de varios meses volví a la gran ciudad. Durante el último tiempo en Buenos Aires, cuando vivía en La reja, entrar a la ciudad era una tortura que me ponía de mal humor casi instantáneamente. Ahora, evidentemente bastante más relajado, disfruté mucho de este otro monstruo, que tiene 10 millones de habitantes más pero que a pesar de eso parece un poquito más tranquilo. Claramente los mexicanos viven a un par de cambios menos que los porteños, aunque los taxistas manejan todavía peor y todo el mundo usa el celular mientras conduce con total impunidad, no sienten ninguna necesidad de poner el manos libres.
Había conocido esta ciudad hace varios años, casi 14 para ser más preciso, y en ese entonces no me había gustado nada. Ahora, un poco porque he cambiado bastante y me gusta todo lo que visito y otro poco porque la ciudad ha mejorado también, me gustó mucho. Los parecidos con Buenos Aires son constantes, en este mundo globalizado todo se parece bastante, y si a eso le agregamos que es un mounstro latinoamericano y que hay muchos argentinos viviendo que se hacen notar, más. Al ver estos parecidos uno valoriza más La Habana, que es tan diferente a todas. Entre las diferencias que noté es que el Df tiene mucha más infraestructura en subtes y autopistas pero también pone mucho más en evidencia las desigualdades sociales. A pesar de ser una de las ciudades más contaminadas del mundo, en esto creo que influye mucho estar en un valle, se ven más intentos de reducir el daño que inevitablemente estas megaciudades le generan al medio ambiente. Buena parte de la iluminación callejera está alimentada con paneles solares, en todos lados hay dos tachos de basura para separar lo orgánico de lo inorgánico, buena parte de los colectivos son eléctricos y los sistemas de alquiler de bicicletas para dejarlas luego en otra parte están mucho más extendidos.
Claro está, que como buen turista recorrí las partes más lindas y cuando me tocó ir con algún colectivo por los suburbios ahí la cosa se pone fea.
Empecemos con las fotos.
Vista desde el castillo de Chapultepec, donde se ve parte del bosque con el mismo nombre que es bastante parecido a los bosques de Palermo, inclusive tiene un lago con botes bicicleta. De fondo se ve la torre mayor que es por ahora, hasta que terminen uno en San Pablo, el edificio más alto de latinoamérica.
El castillo de Chapultepec desde el bosque. Ahí vivieron el emperador Maximiliano de Hasburgo y su esposa Carlota a mediados del siglo XIX cuando intentaron, por segunda vez, hacer de México una monarquía constitucional. También ahí vivieron varios presidentes, hasta que Lázaro Cárdenas - ¿el Perón Mexicano? - lo donó para que sea el museo nacional de historia. No solo las capitales son parecidas, también la historia. Al igual que nosotros, tuvieron guerras entre federales vs. unitarios y entre liberales vs conservadores. No somos nada originales.
Plazoleta en medio del paseo Reforma, toda esta zona no era tan linda cuando estuve la vez anterior pero Carlos Slim (quién se supone que es el hombre más rico del mundo, porque los verdaderos dueños del mundo, ocultan su fortuna y no salen en los rankings de Forbes) está comprando terrenos por esa zona y usando toda su influencia para mejorarla y así ser todavía más rico. Nunca alcanza, siempre quieren más.
El palacio de bellas artes, muy cerca del Zócalo, en el centro histórico.
El edificio que más me gustó es el palacio postal que es el que está al fondo. Justo al lado del palacio de bellas artes.
Algo bueno que tiene el Df es que no está todo tan centralizado como en Buenos Aires y hay varias zonas céntricas distintas. Esta es otra.
Ruinas y más ruinas. Cerca del Df, a una hora más o menos está Tehotihuacán, que fue contemporánea a Monte Albán, apogeo entre el 300 y el 600 dc, abandono hacia el 900 dc. Según leí tenían mucho comercio entre ellas y había un barrio Zapoteca acá y un barrio Tehotihuacano en Monte Albán, ciudades cosmopolitas si las hay. Estas pirámides son sin dudas las más altas aunque para mi gusto no alcanzan la perfección de Palenque y otras del mundo Maya. Sigo enloquecido con el México precolombino.
El museo nacional de Antropología es Disney para los que nos gusta este tema. Estuve 5 horas pero da para quedarse un día entero. Ver la belleza del arte y las cerámicas de las distintas culturas que habitaron México antes que lleguen, ¿o lleguemos?, los españoles, a mi me abrió la cabeza en mil pedazos. No solo eran los Zapotecas las culturas avanzadas que no conocía, también estaban los Olmecas, los Toltecas y varios más. Nunca en mi vida recorrí un museo con tanto interés y emoción. En la foto estoy con el supuesto, porque no lo es, calendario Azteca. Chiquito no?
Más fotos del museo.